Los motores fríos son ineficientes, el desgaste aumenta y la vida útil se acorta. Esto va unido a más consumo de combustible y mayores costes. La mejor solución es instalar una calefacción de agua Webasto.
Se integra en el circuito de refrigeración del motor y lleva el motor a la temperatura de servicio incluso antes de arrancarlo. De este modo, es posible arrancar el motor aunque la temperatura ambiente sea muy baja. Asimismo, se precalienta la cabina del conductor a una temperatura agradable. Ya no es necesario mantener el motor al ralentí mientras está parado o en las pausas, con lo que se ahorra combustible.
Las calefacciones de agua Webasto están disponibles con un rango de potencia de 2,2 a 35 kW.